¿Se puede gestionar eficientemente la cocina sin perder creatividad e innovación?

¿Se puede gestionar eficientemente la cocina sin perder creatividad e innovación?

Miércoles, 18 de febrero 2015

La monotonía en los menús, es una de las quejas más recurrentes que trasladan los clientes, a las empresas de restauración colectiva; pero… ¿está realmente reñida la eficiencia en la cocina con la innovación? Definitivamente no. Para ello podemos aplicar el Lean manufactury, una filosofía de gestión donde se elimina todo aquello que no aporta valor, se flexibilizan los procesos y se busca el enfoque al cliente.

“Ten en cuenta que nuestros usuarios son personas que se ven obligadas a comer aquí día tras día, sin muchas más opciones, y se quejan que siempre dais el mismo menú, los mismos platos, y con las mismas recetas; no hay innovación, las elaboraciones son repetitivas y al final el comensal se cansa… nuestros usuarios están tremendamente aburridos” ¿Os suena este comentario? Quejas y más quejas que las empresas de colectividades reciben sin saber como combatirlas y con el agravante de que su cliente, al final, piensa que no hay salida, que todas las operadoras, “son más de lo mismo” ya que las quejas se repiten a lo largo del tiempo y con diferentes empresas.

Nos plantean en una reunión tensa, si cambiar de cocinero sería una buena idea, o quizás haya que hacer menús de más semanas o poner más opciones en el menú para escoger… pero eso es una solución transitoria, en pocas semanas los usuarios están aburridos de la nueva oferta gastronómica y la sensación vuelve a ser la misma; de nuevo aparecen los tallarines con tomate y queso rallado, ensalada de pasta con atún, pollo al horno con media patata al grill y volvemos a repetir…

¿Podemos ofrecer algo más? ¿Ser más innovadores? La respuesta es sí, sin duda. Si se trabaja bien, de forma organizada, con las herramientas adecuadas y damos formación continuada a nuestro personal podemos tener una cocina eficiente, rentable e innovadora.

La innovación en restauración colectiva, significa crear pequeños cambios que hacen que el sabor tenga un punto diferente y sutil en cada elaboración, que la vista reconozca otra forma de hacer, de decorar, y que la textura cambie con el mismo alimento.

Son pequeñas innovaciones que puede crear cada jefe/a de cocina o cada cocinero/a en su ‘pequeña gran cocina’, y que van a permitir que el comensal disfrute diariamente de un menú nutricionalmente saludable, equilibrado y además con un toque singular que le permita no aburrirse a los dos meses, y desear salir a la calle a comer.

¿Se puede variar de croquetas, o siempre tenemos que ofrecer croquetas de pollo y bechamel? ¿Podemos hacerlas de trinxat? ¿de calçots? ¿de jamón ibérico?… Por supuesto que sí, y eso no entorpecerá el consumo, ni la cuenta de explotación, ni supondrá un incremento de personal…

¿Podemos servir unos espaguetis con tomate y queso rallado y a las dos semanas unas cintas verdes con tomate, albahaca y queso parmesano laminado? Por supuesto que sí, y el comensal agradecerá este pequeño nuevo toque; es básicamente lo mismo, sí, pero aporta cambio y evita el aburrimiento.

Y si es tan fácil, ¿por qué no se hace? Es un tema de actitud, de motivación, de ilusión, de pasión y de organización… en realidad es algo sencillo pero precisa de un ingrediente básico ‘cocineros/as con buena actitud’ y para ello las empresas han de poner empeño.

Evitar los siete ‘mudas’ para gestionar mejor

En la gestión Lean (filosofía de trabajo donde eliminamos lo que no aporte valor, flexibilizamos procesos y nos enfocamos al cliente) se habla de ‘7+1 muda’ porque siete son los ‘mudas’ (palabra japonesa que significa ‘desperdicio’) que podemos encontrar en cualquier cadena de producción, y como no, en una cocina.

La gestión Lean se puede enfocar perfectamente a la hostelería y no sólo a fábricas (donde se ha aplicado habitualmente), dando resultados sorprendentes.

Sobreproducción, transporte, inventario, esperas, sobreprocesos, retrabajos y movimientos innecesarios… si evitamos estos siete ‘mudas’ la gestión mejorará sustancialmente, así como los procesos, la calidad y por supuesto la cuenta de resultados.

Pero si además atacamos el ‘1’ conseguiremos mucho más, algo que últimamente nos cuesta encontrar en las cocinas de colectividades: la ‘innovación’.

El ‘1’ es el intelecto… en España todavía cuesta sacar el máximo provecho del intelecto del equipo y de los colaboradores.

Bajo mi punto de vista, creemos poco en el intelecto que contratamos y eso produce un gran ‘muda’: el desaprovechamiento. Como consecuencia, se crea frustración, apatía, pasividad y hasta reactividad entre los trabajadores… y eso siempre acaba generando algo negativo y en definitiva, una actitud poco dinámica y poco innovadora.

Os animo a crear equipos de trabajo flexibles, dinámicos, polivalentes y por supuesto a poner un poquito de Lean en vuestras cocinas. De esta manera, las pequeñas innovaciones que tanto agradece el usuario/comensal, estarán siempre en vuestras mesas sin repercutir en costes.

Por mi propia experiencia os aseguro, que después de realizar la implantación de la gestión Lean en una cocina central, hemos quedado en más de una ocasión impresionados del cambio que se puede llegar a generar en poco tiempo y, en general, de los resultados obtenidos.


Carla Gallés
Carla Gallés es diplomada en Gestión y Dirección de Empresas Hoteleras y tiene un postgrado en Dirección y Gestión de Residencias de la Tercera Edad. Tras años de trabajo ligado a las empresas multinacionales del sector de las colectividades, cofundó Insitwo, una consultoría dedicada a asesorar a nivel operativo a empresas de colectividades y hostelería en general. @: cgalles@insitwo.com

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